Todo el mundo sabe que los videojuegos divierten. Muchos coinciden en que también enseñan. Algunos los utilizan para que sus marcas vendan. Pero muy pocos conocen el más poderoso de sus usos: curar.
Y como muestra 3 botones:
- Paper to patient. Una web sólo para profesionales sanitarios de GlaxoSmithKline que, mediante actividades interactivas de perfil lúdico, pretende dotar al médico de herramientas para dar a conocer una enfermedad poco diagnosticada como la EPOC.
- Didget. Una herramienta de monitorización de la glucosa para niños con diabetes creada por Bayer que, conectada a una Nintendo DS, recompensa el seguimiento periódico de su enfermedad con puntos canjeables por videojuegos.
- Health Seeker. Un juego social a través de Facebook creado por Boehringer Ingelheim (creadores de Syrum) que ayuda a pacientes con diabetes a llevar una vida más saludable:
Pero si entendemos los videojuegos como verdaderas herramientas para mejorar la calidad de vida de nuestra sociedad, más allá de estas iniciativas más marketinianas, llama la atención un artículo publicado el pasado 24 de setiembre en “Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine”.
En él se hace un pequeño estudio comparativo con niños (18) en el que se mide el gasto energético y la respuesta fisiológica después de haber jugado con dos videojuegos de Kinect (Dance Central and Kinect Sport Boxing), versus los mismos conceptos aplicados a los tradicionales juegos sedentarios o tradicionales.
Los resultados arrojan datos convincentes de la efectividad de los videojuegos con tecnología Kinect como herramientas que favorecen una vida saludable entre niños y adolescentes.
Por todo ello, pese a que en 2011 el consumo de videojuegos cayó un 15%, cada vez son más los laboratorios que se dan cuenta del potencial divulgativo de este tipo de actividad. Potencial que se ve amplificado por las enormes posibilidades de las nuevas tecnologías, las redes sociales y la movilidad.
¿Y tú? ¿Ya sabes a qué juegas?
