Si me disculpáis, mientras voy escribiendo este post iré viendo el partido que ponen en la tele. Está muuuy emocionante. Un momento…

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Perdonad era un mensaje de “WhatsApp” de un amigo.

Esta situación que tanto se repite cada noche en mi vida no es un hecho aislado. Es más, pondría la mano en el fuego a que buena parte de tus clientes potenciales viven aferrados a 3 pantallas: el teléfono móvil, la tableta (u ordenador personal) y el televisor. ¿Me equivoco?

3 canales que tu marca puede aprovechar de diferente manera en función del objetivo que persiga: fidelizar, captar, vender, relacionarse, emocionar…

Todo es posible si sabes utilizar cada uno de la forma correcta:

El móvil: La pantalla de bolsillo

El teléfono móvil cada vez es menos teléfono, y más móvil. Dime si me equivoco:

Se trata de un dispositivo que te permite estar conectado en cualquier lugar del mundo. Siempre lo llevas contigo y perderlo es mucho peor que perder la cartera.

Se utiliza cómo GPS para encontrar lugares concretos, para enviar mensajes cortos, para pagar, para ampliar la información del mundo que te rodea, para buscar información puntual en un sitio determinado, para jugar mientras esperas, para ver que están haciendo tus amigos (y dónde están), para acumular cupones de descuento, para llevar tus entradas o billetes… ¡ah! Y también para llamar, por supuesto.

Aprovéchalo para atraer clientes a tu establecimiento mediante la geolocalización, enviarles mensajes cortos de forma puntual con alguna oferta de valor, hacer más atractivo un producto en el punto de venta a través de realidad aumentada o aprovechando los códigos QR, ofrecer descuentos en el momento de pago o hacer que en ese momento tus clientes sumen puntos a su plan de fidelización, realizar campañas de email marketing con un “call to action” claro, mostrar tu web de forma que le sea útil para tus clientes en la calle (Responsive Design)… Es el canal ideal para potenciar el punto de venta.

La Tableta (o el PC):  La pantalla personal

Cada vez más, nos damos cuenta de que en menos espacio que en un ordenador portátil podemos tener nuestras aplicaciones personales. Por ello, las sencillez de las tabletas están ganando terreno al clásico ordenador:

Se trata de un dispositivo de consumo privado, muy personal. Siempre lo tienes a mano y siempre está encendido. Lo utilizas especialmente cuando necesitas concentrarte en una o varias tareas.

Se utiliza cómo libro, para contestar emails, trabajar, consumir algún documento audiovisual de forma privada, estudiar y formarse, buscar información, hacer transacciones bancarias, jugar contra uno mismo, participar en redes sociales, realizar videoconferencias privadas… En definitiva, como herramienta de introspección personal.

Aprovéchalo para impactar a tus clientes con contenidos relevantes (es el momento en el que los encontrarás con la máxima concentración en aquello que pase delante de la pantalla, sin demasiadas distracciones), enviarles un email detallado con una oferta de valor, preparar un site completo con toda la información de tu producto y con servicios vinculados, aprovechar la fuerza de los vídeos y la profundidad de los ebooks, ofrecerle aplicaciones que le ayuden en su actividad diaria… Es el canal ideal para fidelizar, relacionarte y establecer vínculos emocionales.

El televisor:  La pantalla social

Sin duda alguna la próxima frontera de la digitalización, pese a que todavía no hemos visto todo su potencial. Bajo mi punto de vista, este canal es el idóneo para “compartir” experiencias con otras personas.

Se trata de una pantalla de grandes dimensiones ubicada en un espacio de uso común de una casa. Esto se debe a que está pensada para mostrar contenidos a compartir por una o varias personas.

Se utiliza para ver contenidos audiovisuales con más personas (cine, deportes, programas, documentales…), jugar y competir con otra persona al mismo tiempo y en el mismo lugar, pasar un rato divertido en familia, sentirse acompañado, compartir una presentación con más gente…  Es un dispositivo en el que el mensaje llega  mayoritariamente de forma unidireccional (aunque cada vez menos), pero que se comenta e interacciona con más de un usuario.

Aprovéchalo para maximizar tu audiencia, entretener (es el momento en el que encontrarás a tu cliente relajado), presentar contenidos audiovisuales, interactuar a través de videojuegos, alcanzar a un target “familiar”, generar opinión y comentarios positivos, impactar con mensajes simples y claros… Es el canal ideal para compartir una experiencia de marca, sé entretenido.

Interacción entre pantallas… ¡Rizando el rizo!

Si ya de por si es complicado ajustar los intereses de tu marca a cada una de las pantallas que interactúan en el día a día de tus clientes, la cosa se complica cuando intentamos buscar sinergias entre éstas:

Tele + Tableta = Una Tableta nos puede servir para ampliar aquello que está pasando en la tele. Por ejemplo, mostrarnos las estadísticas en tiempo real de un partido de fútbol o proponernos una compra de algo que aparece en la pantalla.

Móvil + Tele = Un teléfono móvil nos puede servir para comentar y opinar a través de redes sociales sobre algo que está pasando en la tele. También lo podemos utilizar como “mando a distancia”.

Tableta + Móvil = Un móvil puede actuar como recopilador de datos que luego se vuelcan el el Tableta. Por ejemplo las aplicaciones de running que tienen su versión extendida para Tableta. Otra posibilidad es utilizar el móvil como complemento a una Tableta. Por ejemplo de pasador de diapositivas en una presentación.

Y estos son sólo unos pocos ejemplos.

Ahora piensa…

Cuando diseñas una web… ¿Piensas realmente en que sea útil para las 3 pantallas?

Cuando preparas una aplicación… ¿La extiendes de la misma forma a las 3 pantallas?

Cuando lanzas una campaña… ¿La difundes por igual a través de las 3 pantallas?

Cuando creas un nuevo contenido… ¿Lo aplicas igual en las 3 pantallas?

Cuando te marcas unos objetivos en tu estrategia de marketing digital… ¿Son los mismos para las 3 pantallas?

Espero tus respuestas a continuación…